APRENDER A ESTAR CON EL ENFERMO
Visitadores parroquiales de enfermos.
El contacto con el enfermo requiere sensibilidad,
capacidad de conversación, de escucha. Hay que intentar dar respuestas
apropiadas a sus necesidades.
Quienes les visitan , y con las capacidades y preparación propias de cada uno,
pueden encontrar útiles estas líneas orientadoras.
¿QUÉ PUEDO HACER POR EL ENFERMO?
- Visitarle.
- Ofrecerle mi presencia.
- No forzarlo a nada, darle tiempo y hacerle compañía.
- Ayudarle a reflexionar.
- Darle mí tiempo.
- Ofrecerle pequeños servicios de ayuda, sin hacer nunca lo que él puede hacer, a fin de que no se sienta inútil (ayudarle a comer, telefonear, leer…)
- Dar un paseo con él.
- Orar.
- Prepararle para recibir los sacramentos, sin forzar nunca.
- Presentarle a otros enfermos. pero no tratar de quitarle importancia a su enfermedad hablando de la de otros.
- Mantener contacto con su familia.
- Promover encuentros formativos o recreativos.
- Acompañarle en diversas actividades.
¿QUÉ PUEDO DAR AL ENFERMO?
- Comunicarle o que descubra mí interés y mi disponibilidad.
- Acoger con respeto sus estados de ánimo.
- Sintonizar con sus pensamientos y preocupaciones.
- Recibir y ofrecerle información.
- Compartir con él razones de esperanza y confianza.
- Reafirmar sus valores y experiencias.
- Ayudarle a descubrir sus miedos y respetarlos.
- Responder con honradez y verdad a sus preguntas.
- Nunca mentirle.
- Ofrecerle palabras de consuelo, sin exigirle que las acepte.
- Transmitirle comprensión y cercanía.
- Ayudarle en la búsqueda de que su situación tiene sentido.
- Respetar y apoyarle en las decisiones que tome.
¿QUÉ PUEDO SER PARA EL ENFERMO?
- Alguien presente y cercano.
- Respetuoso y paciente.
- Un amigo
- Un confidente en quien puedo confiar.
- Una perrsona atenta a lo que le ocurre.
- Una persona imparcial y fiable.
- Un compañero de camino.
- Puedo ser yo mismo tal como soy.
- Una persona accesible y discreta.
- Un consuelo.
- Un buen intermediario.
- Un guía espiritual.
- Un símbolo de Dios y de la Iglesia.
- Una persona de esperanza.
- Un buen regalo.
- Un espelo en el que mirarse.
- Un descubridor de sus necesidades.
¿QUÉ PUEDO APRENDER DEL ENFERMO?
- A conocer su historia, sus valores, sus intereses.
- A relativizar los problemas propios.
- A saber valorar y disfrutar más la salud y la vida.
- A comprenderme mejor a mí mismo.
- A ser más humano.
- A ser consciente de mis propias limitaciones.
- A prepararme para cuando me llegue la enfermedad y la vejez.
- A afrontar la muerte.
- A reconocer diversos modos de vivir el sufrimiento.
- A ser humilde y dejarme ayudar.
- A crecer en sabiduría.
- A descubrir y aprender el Evangelio que la vida de otros me enseña.
- A tener paciencia y coraje.
- A ser tolerante y respetuoso.